La obra consistió en la reforma integral de un edificio de tres plantas, unificando tres viviendas independientes en una única residencia. En el desarrollo del trabajo, se intentó mantener el carácter de los elementos más representativos, como las escaleras, la carpintería y elementos de forja.
Además, se reutilizaron materiales presentes en la vivienda, como la madera de pino tea del antiguo suelo, que se utilizó como falso techo tras un simple cepillado. Las paredes medianeras de piedra se dejaron a la vista, generando un contraste de texturas, luces y sombras entre lo nuevo y lo antiguo.
Escaleras
La estructura de este elemento tuvo que sustituirse porque presentaba problemas de estabilidad, pero se mantuvo tanto el diseño del peldañeado, como los barrotes de forja, que se rasparon y se pintaron en un color definido por el diseñador.
Cada peldaño es único porque se va adaptando a las irregularidades de la piedra. El acabado cepillado, realizado con cepillo de alambre para acentuar la veta, le otorga al conjunto una textura muy vistosa.
La iluminación se reduce a elementos puntuales muy localizados que, combinada con tiras de led lineales, acentúan o bañan de luz los espacios, dependiendo del efecto que se pretenda conseguir.
Cocina y comedor
Esta estancia se diseñó para conseguir una vinculación máxima con la terraza exterior. Para ello, se plantearon radiadores integrados en el suelo, de modo que la continuidad entre exterior e interior fuese total. Las ventanas correderas de grandes dimensiones contribuyen a ello.
Por otro lado, se combinó mesado con isla, relegando los electrodomésticos a un pequeño office en una zona más aislada.
Baño
En la distribución se optó por un diseño continuo entre dormitorio, zona de ducha, aseo y vestidor para dar más fluidez al espacio. La combinación de materiales nobles, como la madera y la piedra, con microcemento aporta una imagen sencilla y elegante.
Se planteó un vestidor abierto, así como muebles suspendidos para aligerar visualmente el espacio. A petición del cliente, se integró con el mesado un pequeño mueble para albergar cosméticos.
Para la iluminación se dispusieron elementos lineales y puntuales, así como luces directas e indirectas.
Ático
En el bajo cubierta se planteó una zona de estudio o lectura siguiendo la estética descrita en las plantas inferiores.
Terraza
La terraza sigue la tónica del resto del edificio, en cuanto a la utilización del menos número de materiales posible. En este caso se optó por una madera tropical con uniones ocultas en el suelo, así como una barandilla de cristal laminado como límite físico.